viernes, 7 de marzo de 2008

MIRKO MACARI, periodista
Con ánimo de ofender, Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara). Lo más difícil de vencer haciendo clases en periodismo es el tedio y la actitud anodina que frente a la profesión tienen los alumnos. Parte de la responsabilidad es de los dinosaurios que todavía enseñan la pirámide invertida y la objetividad, tal como los médicos alguna vez creían que había que desangrar a la gente para quitarles los malos humores. Nada mejor para combatir a esta especie de chamanes en decadencia que este libro que recopila las columnas de Pérez Reverte en el suplemento El Semanal, y que leen más de cuatro millones de españoles cada domingo. Con Pérez Reverte el periodismo recupera pasión, vísceras y compromiso, les muestra a los cabros que la guata es tan necesaria, o más, que la cabeza. Que la mirada y el punto de vista no son un privilegio de las fuentes, sino una necesidad vital para poder comunicar. Que no hay nada más divertido que sentarse frente a una página en blanco y encontrar las palabras exactas para develar que detrás de todo lo solemne, lo aceptado, lo legítimo y lo sagrado que nos rodea, están la imbecilidad y miseria eternas del género humano. Déjenme confesarles que también estoy zambullido primariamente en El vuelo de la reina, de Tomás Eloy Martínez (Alfaguara), la historia de un todopoderoso director de diario que pierde la cabeza por una reportera a la que le dobla la edad. Lo recomiendo con la misma convicción y certeza con la que me lo recomendaron los ojos de la Pamela, que al igual que Pérez-Reverte esconden una pasión infinita por la vida, con la que llena de sueños mis noches de verano.

MIGUEL PAZ, periodista
Galimberti: De Perón a Susana. De Montoneros a la CIA, Marcelo Larraquy y Roberto Caballero (Norma). La increíble historia de Roberto Galimberti, el "Loco" Galimberti, uno de los fundadores de las Juventudes Peronistas y activo militante de Montoneros (guerrilla argentina en que cupieron todos: desde nacionalistas recalcitrantes como él mismo, ultraizquierdistas de los duros, jesuitas devenidos en revolucionarios, entre tantos otros), me sirvió más que cualquier otra cosa que haya leído para entender cómo funciona la política argentina, el origen de sus protagonistas y el por qué en ese país todos se dicen "peronistas", sean de derecha, centro, o izquierda.Son 600 páginas muy bien escritas y con mucho reporteo que usan la vida de Galimberti como hilo conductor para contar la historia de una generación que pasó de las armas y la revolución a ser operadores vinculados con la política y los negocios en la época menemista de la "pizza con champán". Un puro ejemplo: en 1975 Galimberti participa en el secuestro de los millonarios Juan y Jorge Born, por los cuales su familia pagó 60 millones de dólares de rescate, y años después se asocia con Jorge Born. Hay otros como sus vínculos con la CIA y el particular negocio que emprendió con el novio de Susana Jiménez, tal como indica el título del libro.Un buen ejemplo de cómo podría ser el libro aún no escrito del MAPU. ¿Qué personaje sería el hilo conductor de esa historia?

MARCELO SOMARRIVA, abogado
The Creation of Modern World. The untold story of the British Enlightment, Roy Porter (Norton). No tengo en mente ningún libro de periodistas o sobre periodistas. Pero si me piden una recomendación para lectores interesados en este tema y tomando en cuenta que el verano es temporada de libros gordos, aconsejo la lectura de este libro del fallecido historiador inglés Roy Porter. Me perdonarán la chulería de recomendar un libro no traducido, pero créanme, vale la pena. Roy Porter era un escritor alegre y erudito y su entusiasmo por el siglo XVIII inglés es contagioso. Su relato del nacimiento y apogeo de una opinión pública laica y secular en la Inglaterra de entonces le gustará a cualquier persona interesada en los medios y su relación con el poder. Por lo demás en este libro aparecen en su esplendor todos los padres fundadores del periodismo moderno, gente como Defoe, Addison, Steele y Swift, quienes a pesar de sus pelucas ridículas aparecen más jóvenes y despercudidos que cualquier editor chileno actual.

MATÍAS AYALA, poeta, crítico y académico UAHEste fin de año podría recomendar dos libros de crítica literaria con el objetivo claro de entusiasmar el alicaído y confuso reseñismo que se ve en la prensa local: Reviewery, Christopher Ricks (Penguin Books) y Pieces of My Mind: Essays and Criticism 1958-2002, Frank Kermode (Farrar, Straus and Giroux). Estos libros son una muestra patente de que la penetración de la lectura no está reñida con un buena prosa, ni la seriedad de la argumentación con la entretención. Los autores son (o fueron) profesores de literatura muy respetados en el mundo anglosajón y ambos volúmenes son recopilaciones de reseñas y ensayos publicados en diarios y revistas. Como otros distinguidos académicos –Edward Said, Helen Vendler y William H. Gass, por ejemplo– estos textos muestran que la crítica literaria puede ser una labor noble y civilizada y que, sin duda, es más que el resumen confuso y el juicio antojadizo.

MARISOL GARCÍA, periodista
Safari accidental, Juan Villoro (Planeta). Probablemente no pretendía Juan Villoro que la recopilación de sus crónicas en Safari accidental terminase siendo, también, un estupendo libro de historia contemporánea de México ni un ensayo sobre la transformación hoy en marcha del periodismo escrito. Pero es todo eso y, además, una estupenda bitácora de viajes y hasta un buen volumen sobre rock, fútbol (creo, porque eso me lo salté) y literatura. Quienes lo conocen en persona, dicen que Villoro es un sujeto imponente por sus 1,92 metros de estatura, pero cada párrafo suyo sugiere, también, que está muy por encima de nuestros tanto más torpes esfuerzos de cronistas. Sea en un perfil sobre Fitzgerald o en su "mapa para perderse en Berlín", sus narraciones son agudas, ágiles, llenas de datos reveladores que de inmediato lo separan de ese cansador "periodismo de impresiones" tan vacío y tan de moda.Lo que se queda en la memoria son imágenes de sus encuentros mínimos: los Bart Simpson de yeso que son éxito de ventas en la frontera de Tijuana, la calma sospechosa de Yoko Ono mientras recorre el D.F. en tiempo récord, las causas más insólitas de los activistas instalados sempiternamente en el Zócalo. En la introducción, y parafraseando una siútica comparación ajena que situaba al ensayo como "el centauro de los géneros", Villoro define a la crónica como "el ornitorrinco de la prosa". Todo cabe en estos textos vivos, pero un envidiable talento ordena esas piezas en un libro que se ajusta como a la medida de nuestras secretas inquietudes.