viernes, 7 de marzo de 2008

FRANCISCO ORTEGA, escritor y periodista
Tales to Astonish: Jack Kirby, Stan Lee and the American Comic Book Revolution, Ronin Ro (Bloomsbury). Los más aventajados me han dicho que no es lo mejor sobre el tema, pero a mí me pareció brillante y lúcido. Es básicamente un ensayo que recorre la historia de Estados Unidos durante el siglo XX, usando los cómics de superhéroes como marco de referencia. Ok, el libro abusa de guiños para "expertos", como largos capítulos dedicados a la vida y obra de artistas como Stan Lee, Jack Kirby y un largo etcétera, pero sabe defender más que bien su postura que ve a este género de la historieta como una de las manifestaciones artísticas claves a la hora entender las formas de la cultura americana. A un nivel -se atreve a proponer el autor- igual o superior al jazz o al rock, en cuanto a poder, legado e influencia. Puede sonar denso, pero no lo es. Por lo contrario se lee rápido, esta poblado de encantadores lugares comunes y sobre todo consigue lo que propone, mirar desde una óptica totalmente distinta (política, artística, social) a personajes como los X-Men o Superman. Dan ganas de que se hiciera algo así con nuestro rico patrimonio historietístico y gráfico. A este ritmo no queda más que recomendar de rebote la antología de humor (y periodismo dibujado) de Hervi (Chao no más) y los exquisitos rescates de patrimonio de Marinello con Coré y de la gente de Ergocomics con el libro homenaje al recientemente fallecido Máximo Carvajal: Maestro de la Aventura, pieza más que digna de historia, periodismo y cultura.

The Dirt: Confessions of the World's Most Notorious Rock Band, Tommy Lee, Vince Neil, Motley Crue, Mick Mars, Nikki Sixx, Neil Strauss (HarperCollins). El mejor libro de rock de la última década, la mejor novela porno de la historia, la historia de terror que le hubiese gustado inventar a Stephen King, todo lo que siempre quiso escribir la Rolling Stone sobre una banda y no pudo. Este libro es puramente -y con perdón- delicioso. La autobiografía de Motley Crüe son 500 páginas de puro exceso, pero también un más que digno retrato a través del pop más chicloso de los Estados Unidos de los 80. La explicación reaganiana del origen del hair metal Californiano a través del relato en primera persona de sus protagonistas. El libro es XXX al cuadrado, todo es explícito, sobran vaginas y penes, pero también un tremendo ejercicio del periodismo que no pueden hacer los periodistas. Tal vez la mitad de lo narrado sea mentira, pero tiene carne de sobra. Ojo, se nos viene la película.Mientras Escribo, de Stephen King(DeBolsillo). Adictiva mezcla de autobiografía y consejos para pulir la pluma. King deja de lado sus novelones y se da el lujo de regalar 200 páginas de taller literario gratuito. Y no se queda en latas como recomendar lecturas o estudiar estilos o buscar voces narrativas. Lo de King es tan práctico, tan de supermercado como su propia literatura. Y como tal se va a lo didáctico: harto ejemplo, harto consejo de cómo encontrar títulos perfectos, harta comparación de estilos de narración, harta vida por escrito. Está en edición barata y sería más que recomendable que algún profe de redacción lo recomendara como lectura obligatoria, la mitad de la pega le viene hecha. Y de yapa, es una delicia de leer. Tan entretenido como Carrie, El Misterio de Salem´s Lot u otros postres de la receta King.

CONSUELO SAAVEDRA, periodista y conductora de TVN
Las mejores cartas a El Mercurio. Siete años de opinión pública 2000-2006 (El Mercurio Aguilar). Más alla de cualquier consideración sobre la selección del material, las cartas al decano le toman el pulso al debate nacional, casi siempre chato, de vez en cuando volando un poco más alto. Una buena forma de refrescar la pequeña historia que nos quita el sueño a los periodistas.

GONZALO MAZA, periodista
Sexo, mentiras y Hollywood, Peter Biskind (Anagrama). Con este título jamás habría agarrado este libro, pero no hay que extraviarse. Down and dirty pictures, que es el título original, es periodismo de investigación intenso y reflexivo enfocado en el cine, o mejor dicho, sobre los cineastas de una generación. Ya es la segunda vez que Biskind (ex editor de Premiere y American Film) emprende una investigación así de sabrosa: primero lo hizo sobre la generación de cineastas de los setentas que revolucionaron Hollywood -y lo salvaron de la bancarrota- con otro libro que también es para retorcerse en el suelo por la traducción del título original: el que fuera Easy riders, raging bulls, Anagrama lo dio a conocer al mundo hispanoparlante como Moteros tranquilos, toros salvajes, y en él se contaban las innumerables aventuras fílmicas de un grupo de amigotes llamados Steven Spielberg, George Lucas, Brian De Palma y Francis Ford Coppola, entre varios más. Ahí uno podía enterarse que "El topo" de Alejandro Jodorowsky fue efectivamente una inspiración para gente como Dennis Hopper, que Margot Kidder (Lois Lane en "Superman") era una ninfómana que se acostó con todos menos con Spielberg, que De Palma se burló de George Lucas cuando le mostró el primer corte de "La guerra de las galaxias" y cosas así.Pero ya me alargué demasiado con el paréntesis: este Sexo, mentiras y Hollywood, les decía, es el segundo libro de Biskind, quien con la fama del primero las emprendió con otra generación de cineastas: el cine independiente de los noventas. Y se trata de las aventuras de los dos polos de ese movimiento: por un lado, un siuticón y bien cobarde Robert Redford, creador del Festival de Cine de Sundance (panteón del llamado cine independiente), y por el otro, los mafiosos y groseros hermanos Harvey y Bob Weinstein, los creadores de una pequeña productora llamada Miramax. Entre medio salen a la luz un megalómano y marihuanero Quentin Tarantino, y su Robin, un chico bueno llamado Robert Rodriguez; un sobreintelectualizado Steven Soderbergh, y toda una legión de cineastas que se perdieron en el camino, como Ang Lee, Guisseppe Tornatore y, sí, Ben Affleck. La hipótesis de Biskind es que muchos nobles conceptos se asocian al cine independiente (pasión, creatividad, austeridad) pero en el fondo es un cine que en su origen es igual de agresivo, competitivo y feroz que la misma mega industria hollywoodense. Cualquiera de los dos libros pueden ser una entretenida lectura veraniega para el cinéfilo (y ni tan cinéfilo) de a pie.

ÓSCAR LANDERRETCHE, economista y columnista de Qué Pasa.
Genghis Khan and the Making of the Modern World, Jack Weatherford (Random House). Gran libro, muy bien narrado, conmovedor. Cuenta la historia del célebre bárbaro como un revolucionario liberal que dio inicio a la primera ola de globalización y comercio intercontinetal masivo. ¿Sabían que los mongoles fueron los primeros en masificar a nivel global el papel moneda? ¿Que para sustentar el valor de las diferentes monedas de su imperio establecieron un banco central y un sistema de cambios parecido al de Bretton Woods? ¿Pasaportes? ¿Letras de crédito? ¿Que abolieron los sistemas de castas dentro de su administración y ejército? ¿Que establecieron libertad religiosa en el imperio? ¿Que fueron quienes introdujeron las armas de fuego, la escritura y el papel a Europa? ¿Y que luego de invadir Europa oriental trajeron la plaga que terminó de disolver a la Edad Media?Libro breve, con especulaciones narrativas sobre las personalidades de la familia real mongola que sirven para novelar el relato. El sustento científico del libro es innegable, pero es, a la vez entretenido. Weatherford es un historiador de pueblos nómades en general, pero su amor por la historia de Genghis Khan es evidente en el cuidado y belleza con que esta escrito este libro. Muy entretenido.